La diabetes mellitus es un grupo de condiciones metabólicas crónicas, todas cuales se caracterizan por niveles elevados de glucosa en la sangre como resultado de la incapacidad del cuerpo para producir insulina o a la resistencia a la insulina.
En todo el mundo hay alrededor de 451 millones de pacientes diabéticos y se espera que esta cifra aumente en los próximos años debido a las rápidas transiciones socioeconómicas y demográficas.
Es evidente que la diabetes está aumentando en todo el mundo. Así como esta va en aumento, también lo hacen sus complicaciones asociadas tales como la retinopatía diabética. La retinopatía es una complicación de la diabetes y una de las primeras causas de la ceguera, esta se genera cuando la diabetes daña los pequeños vasos sanguíneos de la retina, que es el tejido sensible a la luz situado en la parte posterior del ojo.
¿Se puede recuperar a nivel ocular?
La cirugía ocular ha recorrido un largo camino en las últimas décadas. Aunque existen tratamientos avanzados para la retinopatía, todavía no existe una cura como tal. El objetivo de los tratamientos actuales es ralentizar o detener la progresión de la enfermedad para preservar la visión restante.
Uno de los tratamientos más efectivos para detener la progresión de la enfermedad, es la Fotocoagulación o Panfotocoagulación con Láser Argón. Este tratamiento tiene dos objetivos principales: eliminar o destruir el tejido donde se realizan los impactos de la fotocoagulación y crear una cicatriz en la retina con el fin de generar una adhesión entre las capas de la retina y el epitelio pigmentando subyacente.
El proceso como tal consiste en la emisión de un haz de luz concentrado en un único punto (láser), que sobrecalienta el tejido de la retina, provocando quemaduras selectivas. Estas quemaduras retrasan el goteo del líquido y reducen la cantidad del líquido en la retina. También es importante destacar que la cirugía generalmente se lleva a cabo en una sola sesión, pero a veces se requiere tratamiento adicional.
