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La DMRE es un trastorno ocular que causa lesiones en la mácula, estructura localizada en el centro de la retina, el tejido sensible a la luz situado en el fondo del ojo. Como es más común en personas de más de 60 años, usualmente se le denomina Degeneración Macular Asociada o Relacionada con la Edad (DMAE o DMRE).
Como la mácula es responsable de la visión central, cuando se deteriora el resultado es una visión central borrosa o una zona ciega en el centro del campo visual, que tiende a empeorar con la edad. Esta patología es la causa principal de pérdida grave de la visión en personas de más de 50 años y, en la mayoría de los casos, el daño causado por la Degeneración Macular no puede revertirse. La detección temprana ayuda a reducir la pérdida de la visión.
La Degeneración Macular Húmeda:
Ocurre cuando vasos sanguíneos anormales de la coroides detrás de la retina comienzan a crecer debajo de la mácula. Como tienden a ser muy frágiles y frecuentemente gotean sangre y líquido levantan la mácula de su lugar normal en el fondo del ojo. Con esta patología la pérdida de la visión central ocurre muy rápidamente.
Uno de los primeros signos de la degeneración macular húmeda es que las líneas rectas parecen onduladas.
La Degeneración Macular Seca:
Constituye el 85% de todos los casos de DMRE. Presenta una evolución lenta a lo largo del tiempo y se produce cuando la estructura epitelio pigmentario es incapaz de efectuar su labor de limpieza del deditrus (basura) que originan los fotorreceptores principalmente a nivel macular, haciendo que la visión central se nuble gradualmente. A medida que la Degeneración Macular Seca empeora, el paciente puede notar un punto borroso en el centro de la visión.
Los grandes avances en el campo de la Degeneración Macular se centran en la forma húmeda o exudativa que se intenta controlar con fármacos que tienen la función de bloquear la progresión de las membranas neovasculares. Para la DMRE seca no existe aún un tratamiento eficaz, por lo que se recomienda evitar los factores de riesgo llevando una alimentación sana, no fumar, hacer ejercicio y controlar la hipertensión y el colesterol, entre otros, aunque la administración de complejos antioxidantes y vitamínicos consigue ralentizar la enfermedad.
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