Otras enfermedades de la córnea que provocan opacidades son principalmente las infecciosas (queratitis), por ejemplo la infección por el virus del herpes o las patologías en que la córnea es invadida por el líquido del interior del ojo (edema corneal). Otras pueden ser hereditarias (distrofias), adquiridas (degeneraciones corneales) o tener como causa lesiones por sustancias químicas o traumatismos importantes.
Actualmente se puede trasplantar toda la córnea, es decir todos los tejidos y células que la componen, en lo que se llama queratoplastia perforante total o, en ciertos casos, trasplantar sólo una parte de los tejidos (puede ser de los tejidos anteriores o de los tejidos y células posteriores de la córnea). En estos casos se habla de queratoplastia lamelar, trasplante de células endoteliales, etc.
Imaginemos que la córnea es un disco que tiene un determinado espesor. En los trasplantes puede variar el diámetro del disco y también el espesor (espesor total o parcial). La técnica elegida dependerá de la enfermedad que tiene la córnea: si afecta a todo el espesor o si sólo afecta a una capa.
Cuando se reemplaza todo el espesor corneal y/o cuando se reemplazan las capas anteriores es necesario colocar puntos de sutura para unir lo que queda de la córnea original con la córnea dadora. Estos puntos son retirados de acuerdo con la evolución de cada caso.